13 jun 2013

Ayer nos preguntamos muchas cosas

Tratamos de definir IMAGINACIÓN, por ejemplo. Qué es, cómo se activa, cómo se ejercita, cuánto cambia, qué la mueve, dónde la aplicamos...

Hablamos también del amplio concepto de IMAGINARIO. Concepto que abre puertas muy diferentes según se aborde desde la psicología, la sociología o el estudio de la recepción de los medios de comunicación. Eso nos permitió abordar el complejo espectro de IMAGINARIO CULTURAL.

Algo que Edgar Morin definió en su momento como el conjunto de mitos, formas, símbolos y tipos que existen en una sociedad en un momento dado. Ese imaginario que construímos entre todos pero cuya visibilidad y entendimiento no controlamos puesto que está en manos de aquellos que pueden controlar el capital simbólico y ecónomico de la sociedad.

¿Y nuestro propio imaginario? ¿Qué sería? ¿Qué lo constituye? ¿De qué se nutre?

Estamos queriendo indentificar cada vez más recursos personales que afiancen nuestra creatividad y, sobre todo, herramientas y prácticas que nos ayuden a desarrollarlla. Ese imaginario tan maleable es lo que debería ayudarnos a materializar nuestras pequeñas grandes ideas.

LA PROPUESTA DE LABURO para el 10 de julio en relación a todo esto es: diseñar una escenografía con todo lujo de detalles. Una escenografía que sea un reflejo preciso de muchas de nuestras pulsiones personales: objetos que nos resultan atractivos, colores, luces, elementos naturales... Un espacio que estará directamente relacionado también con un tema, un texto, un personaje o cualquier otra posibilidad que nos sirva como disparador porque nos resulte fascinante, atractivo, casi una obsesión personal, digamos.

Tienen todo un mes para desarrollar la idea, así que sean entusiastas y prolijos.

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