5 abr 2013

Apuntes sobre Grecia (III)

En la segunda mitad del siglo V el arte se halla bajo las mismas experiencias que determinan las ideas de los sofistas. Estos parten de la capacidad ilimitada de los hombres para la educación y creen, en oposición a la vieja doctrina mística de la sangre, que la "virtud" puede ser enseñada. (...) La ideología de los sosfistas halla su expresión artística más completa e importante en Eurípides, el único verdadero poeta de la "Ilustración" helénica. Los temas míticos parecen ser para él sólo un pretexto para tratar las cuestiones más actuales de la filosofía y los problemas inmediatos de la vida burguesa. Eurípides discute franca y libremente las relaciones entre los sexos, las cuestiones del matrimonio, de la posición de la mujer y del esclavo, y convierte la leyenda de Medea en algo semejante a un drama matrimonial burgués. Su heroína, que se rebela contra el marido, está casi más cerca de las figuras femeninas de Hebel e Ibsen que de las mujeres de la tragedia anterior. (...) Pero lo inminente de la disolución de la tragedia se delta no sólo en la explicación excéptica del destino y en la teodicea negativa de Eurípides. Esquilo y Sófocles creían todavía en "la inmanente justicia de la marcha del mundo"; en Eurípides, por el contrario, el hombre no es ya más que un juguete del azar. El terror que experimentaba el espectador ante el cumplimiento de la voluntad divina es sustituido por el asombro ante la extrañeza del destino humano y por la confusión ante los bruscos cambios de la fortuna terrenal.

ARNOLD HAUSER, Historia social de la literatura y el arte. Desde la prehistoria hasta el barroco. ed. Debate, Madrid, 1998.

No hay comentarios:

Publicar un comentario