29 abr 2013

Para el anecdotario

"En el Moscú de la década de 1910 se decía que para reconocer a las actrices del Teatro del Arte en una fiesta había que buscar a las muchachas que parecieran tímidas maestras provincianas. Y era bastante lógico que lo parecieran: no podían maquillarse fuera de la escena, ni tener relaciones que no se propusieran el matrimonio como meta, alternaban todos los días con actores que no podían beber alcohol en los camarines ni jugar a los dados, y ni siquiera alternaban mucho porque no podía haber visitas entre los camarines, que estaban nítidamente separados según los sexos. Además, una vez había subido una discusión a los gritos entre dos actrices y Stanislavski se puso a llorar tan desconsoladamente que desde entonces arreglaban sus diferencias con más cortesía. Pero no eran exagerados. En los setenta alguien que había pasado una temporada en el Living Theatre me contó lo difícil que resultaba - casi imposible- dormir solo y no drograse".

Alberto Ure.

Sacate la careta, "Métodos de actuación y entrenamiento actoral en la Argentina", ed. Biblioteca Nacional, Buenos Aires, 2012.

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